Sonata Arctica conmovió el Flores

El pasado domingo 4 de mayo de 2025, el barrio de Floresta se iluminó con la energía y el misticismo que solo una banda como Sonata Arctica puede brindar. La emblemática sala del Teatro Flores fue el escenario elegido para recibir a estos maestros finlandeses del metal sinfónico, quienes hicieron vibrar a un público ansioso por disfrutar de una noche mágica. 

El inicio fue marcado por la banda Jezabel oriundos de Buenos Aires desde 1993 y con una gran fuerza y un power metal de gran factura empezó a animar la fiesta en Floresta, una banda con mas de cuatro discos de larga duración entre ellos “Inmortal” lograron una presentación impecable.

Mas tarde era el turno de Beto Vazquez Infinity banda que siempre deja muy en alto el sonido nacional sinfónico y melódico, siempre de la mano con el power metal, este de una gran factura, Beto y toda su agrupación logran que el publico se involucre y disfrute por completo la música de gran factura que desarrollan, sigue sorprendiendo el registro vocal privilegiado de “Melani” así como los teclados de “Daiana” lograban un binomio poderoso en el escenario junto a las viola de “Leonardo” y la gran percusión “Guillermo” nos dieron un verdadero viaje a lo largo de su discografía y dejando todo listo para lo que se avecinaba.

Desde el momento en que las luces se atenuaron y el primer acorde resonó en el aire, quedó claro que estábamos a punto de vivir una experiencia inolvidable. La apertura del espectáculo de Sonata Arctica estuvo marcada por “First in Line”, un tema que inmediatamente puso en marcha la euforia colectiva. Las poderosas voces de “Tony Kakko”, acompañado por la imponente instrumentación de “Elias”, “Pasi” “henrik” y “Tommy”, fueron suficientes para que los fanáticos se entregaran al ritmo aclamado de la música. 

La atmósfera del Teatro Flores, un lugar conocido por su acústica perfecta y su ambiente de unas 1800 localidades que estaba a tope arriba y abajo, creó una conexión única entre la banda y el público. En cada rincón se podía notar la pasión desbordante de los asistentes, quienes coreaban letras icónicas de álbumes que han marcado generaciones. Clásicos como “Flag in the Ground y “Angel Defiled” así como “The Last Amazing Grays” , “Broken” resonaron con una intensidad que hizo temblar el suelo, recordándonos por qué Sonata Arctica ha sido un referente en el power metal melódico. 

Uno de los momentos más destacados de la noche fue cuando Tony, haciendo gala de su carisma, interactuó con los fans en la balada “Tallulah”. Entre risas y anécdotas, logró que cada persona se sintiera parte del espectáculo. Con gran emoción en sus ojos, habló sobre la gran experiencia que siempre es regresar a la Argentina, lo que llevó a una ovación ensordecedora que llenó el teatro de un calor palpable. La banda aprovecho para tomar una foto junto a todo el público. Fue un recordatorio de que estos músicos finlandeses tienen una gran receptividad entre sus fans locales, recordemos que es una banda que con frecuencia nos visita.  

Los musicos nordicos mostraban toda su experiencia y siguen totalmente vigentes, demostrando un virtuosismo enorme en la ejecución de cada instrumento. La habilidad del guitarrista “Elias Viljanen” de entrelazar riffs complejos con melodías conmovedoras dejó a todos boquiabiertos. La sección rítmica, conformada por el bajista “Pasi Rantanen” y el baterista “T Portimo” mantuvo una base sólida que permitió que cada tema fluyera con precisión elegante. Los momentos seguían subiendo de decibeles y llegaban temas como “Replica” , “My Land” , y un aparente cierre con la archiconocida y aclamada “FullMoon” de su bestial disco “Eclíptica”, luego de esta pausa sonó entre el público el popular “Una más y no jodemos más” y luego regresaban a escena.  

La culminación del concierto llegó con par de temas un verdadero clásico “Wolf & Raven”  del mítico disco “Silence” y el final perfecto “Don’t Say a Word”, donde el público estalló en una verdadera fiesta, saltando y cantando al unísono. La energía era casi eléctrica, y el Teatro Flores parecía vibrar con cada nota que emanaba. Al finalizar invitarían a todos corear “Vodka Song” para así despedirse, había promesas de regresar a Buenos Aires, y aunque la noche llegó a su fin, los ecos de la música ligereaban aún en el aire. 

El concierto de Sonata Arctica no solo fue un recital; fue una gran celebración de la música entre generaciones que se encontraban y que se logran conectar entre sí. El Teatro Flores se convirtió en un santuario de metal donde los corazones latiendo al unísono se convirtieron en una sola voz. Sin duda, una experiencia que resonará en la memoria de los asistentes durante mucho tiempo. Muchas gracias a la organización NWM y Ay Música por la invitación. Salud y Metal.  

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *